Vamos a conocer un lugar rodeado de un ambiente especial, un lugar en que, como en "nuestra Sierra" vivieron los humanos hace muchos años. Vamos a viajar al Castro de Ulaca.
Para llegar a este lugar, lo primero que hay que hacer es coger la carretera que une Ávila con Plasencia, para a unos kilometros de la capital girar a la izquierda en dirección a Arenas de San Pedro. Así, y en pocos minutos llegamos al pueblo de Solosancho, que nos llevará a Villaviviosa, nucleo en el que se encuentra el Castro que vamos a visitar. Para llegar al punto de inicio de la subida al Castro hay que tomar un camino que sigue a la carretera y aparcar junto a una valla en la que nos encontramos con un cartel informativo sobre el Castro.
Ahora empieza una subida, que aunque corta, es un poco dura debido a la pendiente, por eso hay quie desayunar bien para llegar al poblado.
Lo primero que se tiene que tener en cuenta es que vamos a llegar a un pueblo antiguo, nada menos que de hace 2.400 años, ya que estuvo poblado desde el s.III a.C. En este pueblo, como en el castro de Chamartín y Sanchorreja, vivieron los vettones, un pueblo que se dedicaba a la agricultura y la ganaderia y que elegían lugares altos y dificiles de atacar para vivir.
Volvamos a la subida. Al cabo de un rato llegaremos a una de las puertas del castro, por la cual entraremos en el poblado. Estas eran la única manera de entrar poruqe el castro estaba rodeado de una gruesa muralla que lo hacía infranqueable. Este poblado tiene unas 60 hectáreas de superficie, por lo que para no perdernos ningún detalle debemos seguir las indicaciones de unos paneles.
Al poco de comoenzar nos encontraremos con la "joya" de este poblado: un impresionante altar, en el que se realizaban sacrificios. Este altar es una mole de roca tallada, en la que destacan unas escaleras y varios conductos labrados en la piedra, que al observar nos lleva a la época vettona, en la que estos ofrecían animales a sus dioses.
El otro lugar mágico de este castro es la sauna. Esta recinto, se cree, era un lugar donde los vettones realizaban ritos de iniciación guerrera o purificación. Es un recinto rectangular con 3 espacios: un horno, una antecamara y un camara con 2 asientos laterales donde se llevarían a cabo los baños de vapor. Por mucho que nos sentemos en los bancos no sentiremos el calor de que disfrutaban los vettones.
Cerca de esta sauna están las casas del poblado, que aunque se cree que podía haber 250, solo unas pocas se han podido excavar. Estas casas eran cuadradas o rectangulares, y tenían unos grandes muros. Con un poco de imaginación podemos ver a las familias de vettones en su día a día, la madre haciendo la comida en el hogar central, el padre volvíendo de recoletcatr cereal y los niños corretenado de aqui para allá.
Si recorremos el resto del castro nos sorprenderán algunas otras sorpresas que este paraje excepcional guarda, asi que os invito a viajar en el tiempo y conocer un poco más a nuestros antepasados. Todo ello sin olvidar que la naturaleza que lo rodea acompaña a que esta escapada sea inolvidable.
25/10/11
UN ALTAR EN LAS ALTURAS
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MONOGRÁFICOS