El pasado mes de enero, estuvimos viendo cómo hacían el queso los artesanos de Solana. Fue una visita muy interesante, pues seguimos todo el proceso de elaboración desde que entra la leche, exclusivamente de cabra, hasta que obtenemos el queso.
Nos llamó la atención el control higiénico y sanitario que llevan para que, al final, el producto sea de gran calidad.
Antes de llegar la leche a la sala de trabajo, ya ha pasado por varios filtros y controles que detectan cualquier impureza de manera que, si la leche no está en las mejores condiciones, es desechada para su consumo.
Ya en la sala de trabajo, la leche pasa por una máquina su pasteurización;
entra a una temperatura de 8ºC para subir hasta 75ºC y bajar rápidamente a 35ºC. Una vez pasteurizada, pasa a una gran bañera de 2.000l donde fermenta; aquí se separan el suero y la cuajada y ésta ya queda preparada para hacer el queso.
Fue lo más divertido de la visita, pues nos dejaron hacer algunos quesos, eso sí, después de lavarnos muy bien las manos.
Tuvimos que meter trozos de cuajada en unos moldes cilíndricos y apretarlos bien con el puño para pasar después a una prensa donde permanecen un buen rato.
A continuación, hay que sacarlos de su molde, darles la vuelta y volverlos a meter en la prensa para que el queso adquiera su forma definitiva y termine de escurrir el suero que tenía.
A continuación, hay que sacarlos de su molde, darles la vuelta y volverlos a meter en la prensa para que el queso adquiera su forma definitiva y termine de escurrir el suero que tenía.
Cuando el queso ya está bien prensado, comienza el proceso de salazón para pasar a la cámara de secado, donde permanece entre siete u ocho días y, de aquí, a la cámara de curación.
Después de tanto trabajo, vino la recompensa: una degustación de los distintos tipos de queso y yogur que aquí elaboran. !Todo artesano! !De rechupete!
!Ah!, que no os dé envidia porque estos productos se comercializan bajo la marca MONTESBRAVOS y los tienes en cualquier Carrefour de Castilla y León.
