20/1/12

UN PASEO POR EL ADAJA. DE SAN SEGUNDO AL SOTO

Hoy os invitamos a pasear por la margen derecha del río Adaja a su paso por la ciudad de Ávila. Comenzaremos nuestro paseo en la ermita de San Segundo y caminaremos en dirección sur hasta adentrarnos en El Soto. Se trata de un itinerario cómodo y accesible (en su mayoría) que nos acerca a la naturaleza, pero también a la cultura, la historia y el pasado industrial de la ciudad.



Si llevamos coche, lo podemos aparcar en las cercanías del puente Adaja, hay varias zonas a poca distancia (frente al palacio de congresos, bajo los Cuatro Postes, junto al paseo del Rastro, etc.).

Comenzamos a caminar, junto al lienzo oeste de la muralla, bajando por la ermita de San Segundo (s. XII), donde cuenta la tradición que fueron hallados los restos del patrón de Ávila. En este entorno se encuentran también restos de las antiguas tenerías, lugar donde se transformaba el cuero en la época medieval, aunque están dentro de un recinto tapiado.

Continuamos descendiendo para situarnos enseguida a la altura del río Adaja. Allí tomamos una estrecha vereda adoquinada que nos lleva bajo los pies de dos puentes: el “nuevo” (por el que pasa la carretera Ávila-Toledo) y el puente romano (reconstruido en la Edad Media). Aunque está vallado, conviene tener un poco de precaución si paseamos con niños pequeños.

Nos topamos ahora con una especie de laberinto en el lugar donde hace años se levantaba un edificio bastante singular, conocido como la fábrica de harinas. Esta construcción albergó sucesivamente la “Real Fábrica de Algodón” (desde el s. XVIII), una fábrica de lana, otra de lino y por último la de harinas, la cual sufrió varios incendios, hasta que fue demolida en 1.998. Si abrimos bien los ojos, podremos descubrir algunas huellas de su presencia, como una presa sobre el río, compuertas y canales para guiar el agua hasta la fábrica, además de algunos cimientos.

El sendero fluvial nos vuelve a acercar al río y continúa hacia el sur, dejando a nuestra izquierda la antigua fábrica de luz (s. XIX). Aunque el edificio está en ruinas, podemos contemplar las paredes y la gran chimenea de ladrillo, la cual se conserva en buen estado.

Pasamos por una zona de recreo y enseguida nos cruzamos con la Avenida Juan Pablo II, que atravesaremos por debajo (también lo podemos hacer por arriba, cerca de la plaza de toros). Unos puentecillos nos permiten cruzar el Río Chico y llegar hasta otra área recreativa, donde el camino se convierte en un sendero de tierra. Andamos un poco más y por fin nos encontramos a las puertas de El Soto, parque natural y zona de esparcimiento para miles de abulenses y visitantes.

Ahora solo tenemos que dejarnos guiar por nuestros pies para adentrarnos en este bosquecillo de fresnos comunes, sauces blancos, rosales silvestres… Cualquier época del año es adecuada para internarse en este paraje natural, y en cada una encontraremos atractivos distintos: en primavera observaremos más fauna y flora, la temperatura veraniega nos permitirá improvisar una merienda-cena en alguna mesa del parque, el otoño nos mostrará un bosque casi mágico propio de duendecillos y hadas, el color de los atardeceres invernales es único con el sol poniéndose tras la sierra…

El camino que atraviesa el Soto llega hasta el puente de la carretera que lleva a El Fresno. Allí mismo veremos el cauce del arroyo Gemional, que vierte sus aguas en el Adaja. Aquí finaliza nuestro itinerario. Para volver lo más aconsejable es tomar el mismo camino hemos traído, aunque si hay tiempo y ganas, y el río lo permite, podemos explorar la margen izquierda del río a su paso por el Soto, en la que predominan los campos de cultivo.

Terminamos con una pequeña reflexión, es cierto que algunos tramos de este recorrido no están adecuadamente conservados. Tanto la administración como los visitantes deberíamos valorar y cuidar más todo el entorno del río. Aún así el lugar bien merece que le dediquemos unas horas de nuestro tiempo libre.